- ARQUITECTURA Y LITERATURA -
LO QUE DECÍA WRIGHT AL FINAL DE SU VIDA... / WHAT WRIGHT SAID AT THE END OF HIS LIFE...
Fuente: http:/nl.steelclassic.com
"Todo lo que los arquitectos han hecho hasta hoy - con muy pocas excepciones en el Medievo y en el Japón -, ha sido un ridículo error. Es preciso renunciar y suprimir todo lo que se superpone a la naturaleza, lo que es fruto de la vanidad y de la estupidez del hombre: las fachadas, las moles, las simetrías, el gusto, el fasto, la ornamentación, la grandiosidad, la ostentación, la acumulación, el edificio que tiene por objetivo causar estupor estético, la ciudad destinada a la convivencia sofocante y gregaria. Todo lo que deforma, enmascara o no se corresponde con la naturaleza, es un delito.......La arquitectura incluso tal y como yo la entiendo, no es más que un aditamento a la naturaleza, una violación impertinente y parasitaria del paisaje. El genero humano debe cesar ya de obstaculizar y de afear los santos y libres campos con sus desmañadas construcciones de piedra, de hierro y de cemento. Y tenga presente que en esta condenación no exceptúo ni siquiera a mis construcciones del pasado. De ahora en adelante es preciso buscar las habitaciones del hombre en la naturaleza misma, donde existen desde antes, prontas y hospitalarias: bastarían unos pocos retoques y algunas adaptaciones. Una cueva montañosa retocada y ampliada, un antro acomodado con oportunos trabajos, una bella caverna provista de las comodidades indispensables, una grieta razonablemente ajustada, el cráter de un volcán apagado bien dispuesto con divisiones de lava, una gruta espaciosa repartida sabiamente con muros secos, de roca, el cálido hueco del tronco de un árbol gigante y secular; he aquí las moradas de hace cien siglos, y también las del futuro. Hasta ahora admiré a los medievales y a los japoneses, hoy en día los rechazo y solamente admiro a los divinos primitivos, a los geniales paleolíticos y neolíticos. Los rascacielos son un insulto lanzado a la naturaleza, o sea, a Dios; las cavidades naturales, insertadas de tal modo en la naturaleza que formen parte natural de la misma, son las únicas habitaciones perfectas, porque significan nuestra renuncia total a la jactancia humana que quiere levantar moles de murallas, enfáticas y superfluas, sobre la sagrada virginidad de los prados, bosques y montañas.
........La verdadera arquitectura, la arquitectura del futuro, a mi juicio, consiste en la supresión de toda forma arquitectónica. Mi revolución debería desembocar, lógicamente, en la destrucción de la arquitectura. A partir de ahora, el arquitecto no será más que el descubridor y ajustador de las grutas y las cavernas. La vieja arquitectura ha muerto....., ¡viva la arquitectura eterna!."
"El Libro Negro". Giovanni Papini. Ediciones G.P.